Introducción:
La formación universitaria progresa a través del aprendizaje autónomo y colaborativo de los estudiantes, los cuales puede potenciarse a través del diseño y desarrollo de procesos de autorreflexión sobre el desempeño académico. Siendo transversal y relevante en diferentes titulaciones de las Ciencias Sociales, la competencia de aprender a trabajar en equipo y de manera colaborativa adquiere especial importancia para los estudiantes de los títulos de maestro, para quienes el trabajo en equipo forma parte de la función docente de su futura profesión.
Objetivo:
En este trabajo se presenta una rúbrica para la autoevaluación del aprendizaje colaborativo, entendiendo que la evaluación es formativa porque permite a los estudiantes reflexionar y avanzar para la mejora del aprendizaje de dicha competencia y del trabajo en equipo. Además de presentarse, se discuten los resultados de su aplicación en un grupo de estudiantes del Grado de Maestro.
Metodología:
La rúbrica se diseño y validó en dos universidades y los resultados indicaron que los estudiantes valoraron satisfactoriamente la utilidad de dicho instrumento, tanto en el proceso de aprender la competencia, como en los resultados alcanzados en materias donde se les pedía colaborar, porque habían aprendido a hacerlo de manera más eficiente.
En este trabajo se presenta la rúbrica (compuesta por cinco dimensiones: implicación, iniciativa, gestión del tiempo, comunicación y resolución de conflictos), así como los resultados de valoración de su uso por parte de una muestra de 250 estudiantes de los Grados de Maestro de la Universidad de Salamanca.
Resultados e Implicaciones para la Innovación Docente:
Se culmina con algunas implicaciones para futuros procesos de innovación docente que continúen el desarrollo de la competencia del aprendizaje colaborativo en la educación superior. Una de las principales implicaciones para futuras prácticas es que la autoevaluación pueden servir para complementar la planificación y las acciones docentes. Se ha observado que cuando el docente orienta el inicio del trabajo en equipo y solicita por escrito los acuerdos de funcionamiento iniciales pactados por el grupo junto con la planificación temporal de las tareas grupales, se favorece la satisfacción con el desempeño individual, ya que este proceso permite identificar carencias o planteamientos erróneos. Por otra parte, si durante el proceso se les pide a través de la rúbrica tareas intermedias de seguimiento del grupo, se favorece una gestión del tiempo apropiada, reconduciendo el trabajo si es preciso a partir del propio debate entre los estudiantes, ayudando a tomar decisiones antes de la entrega final, pudiendo a la vez poder gestionar o mediar en los posibles conflictos encubiertos que puedan existir en los grupos, que si aparecen en la última etapa son más complejos de resolver. Se concluye que el profesor puede guiar a los estudiantes hacia procesos de trabajo en equipo más eficientes, ayudándose de este instrumento de auto-reflexión, que además permite avanzar hacia niveles superiores de desempeño colaborativo.
Palabras clave
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