Este trabajo de investigación surge de la necesidad de dar mayor valor al dibujo en la escuela y entorno familiar. Con él se pretende hacer conocedoras a las familias de los beneficios del dibujo, ofreciendo una formación sobre el análisis de las representaciones de los niños, mediante una Escuela de Padres en formato virtual, dirigida a familiares de alumnos con edades comprendidas entre 1-6 años.
La expresión plástica es un instrumento de comunicación, representación y desarrollo; que ofrece la posibilidad de plasmar la imaginación, pensamientos, sueños, sentimientos, emociones, vivencias, etc. La expresión es una necesidad en los niños y este medio les ayudará a adaptarse al mundo que les rodea más fácilmente, ser creativos y autónomos, desarrollando a su vez nuevas estructuras de pensamiento, máxime en la época de pandemia mundial en que vivimos.
El uso de la pintura disminuye la ansiedad y los miedos, aumenta las expectativas de la persona y sirve de puente para el desarrollo de habilidades sociales. A través del dibujo los niños expresan sus inquietudes y emociones, se tranquilizan y serenan, es por ello, que tanto los maestros como los padres deben saber interpretarlos.
Así pues, en nuestro trabajo partimos de la hipótesis de que el dibujo podría servir de hilo conductor entre los pensamientos internos y el mundo que rodea al niño, una vía de comunicación y expresión en una etapa donde aún tiene dificultad para expresarse. Creemos que su realización en el ámbito familiar podría afianzar las relaciones familiares y facilitar la comprensión del adulto al niño. A través de su análisis podría ayudar a maestros y familiares a identificar posibles problemas emocionales en el niño, situaciones, gustos y preferencias.
En vista a esta hipótesis, nos planteamos los siguientes objetivos: (i) afianzar las relaciones familiares y concienciar de la importancia del dibujo; (ii) ayudar a las familias a comprender los dibujos de sus hijos; (iii) ofrecer un medio de expresión de emociones y sentimientos.
La metodología seguida ha sido la implementación de una escuela de padres en la que se han ofrecido sesiones formativas a las familias y un seguimiento individualizado, con una temporalización de tres meses. Además, se plantean una serie de actividades para que realicen con sus hijos de manera pautada.
Los resultados obtenidos demuestran que los niños expresan vivencias, pensamientos y emociones a través del dibujo. Los maestros y las familias han podido obtener información sobre los niños, detectar posibles problemas emocionales, situaciones que les preocupan y entender su manera de pensar, sentir, etc., lo que hace que sus relaciones afectivas se consoliden.
Estas actividades han ofrecido a los niños un espacio de expresión alternativa, una vía de desahogo, de encuentro personal y de refuerzo de los vínculos sociales con su entorno cercano.
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