Con respecto a las estrategias para la adquisición de competencias y destrezas en la formación de Ciencias Sociales y Jurídicas es importante que estas vayan encaminadas, entre otras, al ámbito de la comunicación oral, de forma que se dote al estudiante de las herramientas necesarias para ser un buen orador. En este sentido, la competencia comunicativa oral constituye un instrumento importante para el desempeño de las labores propias de los juristas en cualquiera de sus facetas. La comunicación oral posibilita una interacción directa entre todos los participantes en el iter judicial, por lo que se hace necesaria su mejora desde el punto de vista formativo del estudiante, de forma que se aúne la escucha con la observación, ello implica tener en cuenta lo que se dice, cómo se dice y cómo es percibido por el receptor. Con respecto al desarrollo de esta competencia, debe tenderse a la especialización, esto es, se precisa diferenciar las peculiaridades de las situaciones comunicativas en las que se verán inmersos como futuros profesionales del Derecho, diferenciando las distintas situaciones que pueden darse dependiendo del camino laboral que escojan. No es lo mismo interrogar a un testigo de la otra parte, que actuar en un acto de conciliación, brindar una orientación como asesor legal o incluso ejercer tareas docentes. Por este motivo, es necesario el aprendizaje de técnicas que les permitan mejorar el lenguaje jurídico en las distintas salidas profesionales. No basta con los ejercicios tradicionales en los que el alumno expone un trabajo o una práctica sino que debe implementarse otro proyecto formativo que permita al estudiante desarrollar esta competencia desde una triple perspectiva: cognitiva, actitudinal y procedimental. De esta forma el futuro jurista podrá adquirir la competencia comunicativa oral mediante la realización de actividades significativas, el uso de estrategias cognitivas y el establecimiento de relaciones interdisciplinares. Todo ello, teniendo en cuenta el contexto actual de pandemia en el que resulta una tarea ardua, que el estudiante se comunique efectivamente debido a que la docencia se desarrolla de manera no presencial y se complica la labor de interactuar con el alumno. Por este motivo, como se expone en este trabajo, los docentes han de implementar técnicas formativas que permitan el feedback, imprescindible para el buen desarrollo de la citada competencia comunicativa oral.
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