La transformación digital de la docencia en los tiempos del Covid-19: una aproximación a la visión del profesorado de secundaria y universidad

Desde hace tiempo las nuevas tecnologías irrumpieron en las aulas, pero todavía carecemos de la infraestructura adecuada y de la formación necesaria del profesorado. Numerosos estudios muestran los beneficios del uso de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) en los procesos de enseñanza-aprendizaje (E-A), y en tiempos del Covid-19 su utilización se ha vuelto imprescindible.

El trabajo que presentamos consiste en una investigación cualitativa, en la cual se han analizado las respuestas del profesorado en activo (n=72) de Educación Secundaria (40) y Educación Superior (32), durante el curso 2020-21, a un cuestionario escrito sobre la transformación digital de la docencia a causa del Covid-19. La investigación pretende conocer qué actividades de enseñanza-aprendizaje con TIC utiliza habitualmente el profesorado en su docencia, siguiendo el esquema propuesto por Area (2007), y también qué cambios ha introducido en su práctica docente debido al confinamiento vivido a finales del curso pasado y cómo ha afrontado la semipresencialidad (blended learning) del presente curso. Además, se recogen las reflexiones del profesorado en torno a si se consideran competentes digitalmente, de acuerdo con la definición de competencia docente integral para el mundo digital que plantean Castañeda, Esteve y Adell (2018).

Los resultados obtenidos muestran el gran impacto de las tecnologías educativas en la educación en tiempos de pandemia. En general, se observa un auge del uso actividades de enseñanza-aprendizaje con TIC y una considerable irrupción del aula invertida (flipped classroom), especialmente en el ámbito universitario. El profesorado destaca también las potencialidades de las TIC como herramientas motivadoras, si se usan con la metodología adecuada, y apuntan la necesidad de establecer previamente los contenidos y capacidades que se pretenden trabajar, así como la forma de evaluarlos. Por otra parte, el profesorado considera que su competencia digital para la docencia es baja, por lo que necesita más formación, y muestra una buena predisposición para mejorarla.

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