Esta propuesta presenta una experiencia docente llevada a cabo en determinadas asignaturas de los Grados de Magisterio de Educación Infantil y Primaria de la Universidad de Cádiz. Consiste en la aplicación de una dinámica de improvisación teatral que tiene como objetivo asentar los contenidos teóricos de la materia en cuestión y generar debate y reflexión entre el alumnado. Además, ofrece una forma lúdica y activa de aprender.
Para el desarrollo de esta dinámica, un grupo de alumnos y alumnas voluntarias ocupan el espacio del aula para representar frente a sus compañeros y compañeras escenas de situaciones cotidianas en el trabajo docente y que, por tanto, serán frecuentes en su futuro profesional. Las escenas han sido diseñadas previamente por la docente y tratan sobre contenidos propios de las materias a estudiar. Por ejemplo, se pueden representar situaciones de a) evaluación (en la asignatura de Observación Sistemática y Análisis de Contextos o en Diseño y Desarrollo del Currículum), de b) tutorías y entrevistas con madres y padres o de c) resolución de conflictos (en la asignatura de Tutoría y Familia).
Una vez que en el grupo se han determinado los actores y actrices voluntarias, la docente se reúne con ellos en privado para explicarles la escena que van a representar. También lo hace de forma individual con cada uno de ellos para otorgarles un rol determinado. Es importante aclarar que ninguno de los voluntarios conoce el rol del resto de participantes. De este modo, en las reacciones que vayan encontrando con los demás compañeros y compañeras, se basará la improvisación de la escena. Con frecuencia, dichos roles representan ciertas actitudes y malas prácticas a evitar en el ejercicio de la profesión docente (por ejemplo: alguien que no practica una escucha activa al mantener una conversación, alguien que no respeta el estilo pedagógico de otra persona, alguien que establece comparaciones entre el alumnado…).
El resto del grupo-clase, que actúa como público, tampoco conoce la escena que va a ser representada. Su papel es el de registrar qué creen que está ocurriendo y cómo están interviniendo los personajes para la resolución del caso. Deben identificar qué prácticas o actitudes están fallando y cuáles hubieran sido las adecuadas a poner en marcha.
Tras la puesta en escena, se destapan los roles de cada personaje y se pregunta a los actores y actrices cómo se han sentido al interpretar su papel. El público aporta sus percepciones. Es importante que entre toda la clase se diseñe la resolución idónea del caso.
Esta dinámica ha sido muy bien considerada en las evaluaciones cualitativas solicitadas al alumnado. Se debe destacar que el empleo de este tipo de estrategias genera un ambiente distendido en el aula y propicia la implicación y participación del alumnado. Se ha observado cómo la reflexión y el debate posterior es más rico que el que se produce tras una lección magistral. Durante la etapa de docencia virtual, esta estrategia metodológica se ha adaptado al formato online ofreciendo igualmente muy buenos resultados.
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