CÓD.A04-S03-27 ONLINE

Innovando enfoques creativos de evaluación para las interacciones entre humanos e interfaces tecnológicas musicales.

El paradigma tecnosimbólico-positivista de la cuarta revolución industrial hipernormaliza la creatividad. Su excesiva estandarización y automatización afecta a ciencia y educación a través del uso y la apropiación tecnológica, evidenciando la necesidad de encontrar diseños cognitivos más flexibles. Existe una gran cantidad de literatura científica que registra las intensas demandas cognitivas que el ejercicio de la música involucra. Gracias a ello, educación musical y terapia musical ofrecen alternativas a la psicología comportamental o al objetivismo radical, revolucionando el campo de la interacciones tecnológicas en favor de la salud y el bienestar.

El objetivo de este trabajo es el de concienciar sobre la necesidad de explorar enfoques creativos de evaluación del diseño tecnológico a partir de las interacciones entre humanos e interfaces tecnológicas musicales, respetando por igual el ámbito de la educación, la salud y el bienestar.

Para Krippendorf (2016) el papel del diseñador enfatiza las interfaces más allá de entenderlas como objetos, apelando a la búsqueda de significados, sacando a luz el discurso normalizado, ofreciendo soluciones individuales. Para este autor, ingenieros, artistas, comunicadores e investigadores de mercado realizan injerencias en la interpretación final de los objetos, no siempre de la manera más beneficiosa.

Llórens (2015) señala, que durante el siglo XX, numerosos pensadores han vislumbrado en las diferentes expresiones del pensamiento psicoterapéutico un oficio dedicado a la construcción de versiones interpretativas de la realidad. Este giro ha permitido concebir las diferentes teorías no como un mapeo fotográfico de la realidad, sino como una serie de herramientas metafóricas capaces de darle sentido a diferentes tipos de experiencias. Tal y como señala este autor, el papel del terapeuta deja de ser concebido metafóricamente como un arqueólogo para transformarse en la identidad metafórica de un traductor que facilita un diálogo creativo y coadaptado entre usuario y terapeuta, un consenso a partir del cual construir perspectivas respetuosas con la salud y el bienestar.

Aunque Krippendorf (2016) apela a la creatividad en defensa de un discurso propio, el papel del diseñador reproduce cierta labor reinterpretativa del artista o del terapeuta, ausente del compromiso creativo y de la deontología que debe velar por la salud y el bienestar. Si bien diseñadores y artistas pueden destruir los límites del automatismo, la estandarización y la normalización tecnológica (Scolari, 2004), los arteterapeutas o musicoterapeutas pueden además vehicular soluciones a problemas individuales dentro de los equipos de diseño, aportando interpretaciones de la realidad tecnológica, facilitando un diálogo creativo coadaptado entre usuario y diseñador.

La presente crisis social obliga a repensar los paradigmas que definen tecnología, educación, salud y bienestar, para buscar formas singulares, flexibles y responsables de evaluar todo tipo de tecnologías cognitivas. En este sentido, la participación de arteterapeutas y musicoterapeutas dentro de los equipos que diseñan interacciones e interfaces creativas y expresivas puede facilitar evaluaciones de usabilidad más respetuosas con la salud y el bienestar de cada usuario.

Palabras clave

Creatividad Evaluación Música Salud Tecnología

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Firmantes

Los autores de la ponencia

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César Daniel Pascual-Vallejo

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Sonia Casillas Martín

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Marcos Cabezas González

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