En el ámbito de la innovación docente se han desarrollado diversas metodologías y recursos didácticos que, salvando las diferencias que se encuentran en las distintas modalidades, tienen el objetivo principal de mejorar la adquisición de conocimientos por parte del estudiantado. Entre estas, son de destacar especialmente aquellas metodologías que otorgan al alumnado un rol activo en su proceso de aprendizaje. Existen una amplia investigación en la materia que aborda las distintas ventajas de emplear metodologías activas en la enseñanza. Aunque se desarrollarán en el trabajo, en este resumen nos gustaría destacar especialmente el fomento de la autonomía en el estudiantado y el fomentar la responsabilidad y el compromiso con su propio aprendizaje.
La propuesta que aquí se desarrollará está centrada en el Aprendizaje Basado en Problemas (ABP). En palabras de Barrow (1986), se trata de “un método de aprendizaje basado en el principio de usar problemas como punto de partida para la adquisición e integración de los nuevos conocimientos”. Mediante este método, el fomento de la autonomía se intensifica y se lo interrelaciona con la resolución de supuestos complejos, reales, que añaden una vertiente práctica al abordaje de los contenidos teóricos de las asignaturas. Así, este método no sólo permite que el alumnado detecte sus propias carencias de formación en la materia –y las solvente-, sino que la adquisición de conocimientos tiene una finalidad concreta que es la resolución del problema planteado.
En este sentido, el rol del profesorado en el este proceso cambia considerablemente. Si el modelo de impartición de clases tradicionalmente seguido en las universidades ha sido el de la lección magistral, con la figura del docente como protagonista, con este método se relega al profesor a un segundo plano. El alumnado es el protagonista de su propia formación y el profesorado adopta un papel secundario como guía y orientador en ese proceso.
En el diseño de la propuesta que se expondrá -pensada para una asignatura del Grado en Criminología y seguridad de la Universidad de Cádiz, aunque fácilmente adaptable a otras disciplinas-, se ha considerado especialmente el fomento de estas habilidades. Es de destacar también que el ABP planteado puede promover el desarrollo de sistemas complejo de pensamiento, destinados a la ejecución –resolución- de problemas. Esto, sin duda, prepara al estudiantado para el acceso al mundo laboral al que se enfrentará, en el que deberá afrontar problemáticas que, en ocasiones, resultarán complejas, sin una clara solución y deberá hacerlo de modo autónomo.