Parece innegable que los nuevos (y, si no tan nuevos, sí diversos) medios, tecnologías y entornos de la información y la comunicación intervengan en los procesos de construcción de identidades, en tanto que a estos se asocian formas de simulación, modos de comunicación y de representación íntimamente relacionados con la constitución de subjetividades, sumados o en diálogo con los literarios, y vinculados a las preocupaciones identitarias y los deseos de ser otros a través de la ficción, que atraviesan también las fronteras tecnológicas y mediáticas.
Partimos de la premisa de que la literatura y las tecnologías y medios de información y comunicación median la percepción de la realidad, la constitución de subjetividades, el desarrollo de comportamientos y modos de vida y los procesos de construcción de identidades, a través de las representaciones e imágenes elaboradas y difundidas, y en prácticas de comunicación, recepción y producción que dan cabida, en grados variables, a la intervención de los sujetos que en estas se constituyen.
Y hemos de añadir aún algunos presupuestos, que se vinculan a tres características de las identidades (narratividad, dialogismo y reflexividad), trasladadas a los nuevos entornos de la información y la comunicación. De tal manera que, sobre el renovado escenario, perviven en los procesos de construcción identitaria el papel nuclear de la narrativa y del diálogo (que, en prácticas comunicativas no unidireccionales y actividades interpretativas y de toma de postura revierten en una mayor autonomía en la conformación de los sujetos), y se enfatiza, en este sentido, el carácter reflexivo (descentralizadas las posiciones discursivas y extendidas las oportunidades de participación y producción cultural y simbólica en Internet).
En esta línea, en el entorno digital se diversifican las simulaciones identitarias (narrativas, mediáticas, virtuales) y procesos de representación (juegos identitarios, pseudónimos, avatares, roles adoptados o personajes interpretados en videojuegos, etc.); los entornos informativos (con el creciente protagonismo de Internet), relacionales o comunicativos (comunidades virtuales, redes sociales, foros, cibercafés, chats, etc.) y literarios (con la literatura electrónica, por ejemplo); los medios desde los que los receptores, espectadores o usuarios son interpelados (radio, televisión, cine, Internet, etc.); y se enfatiza, además, el carácter modificable, electivo y constructivo de las identidades (con la adopción de identidades múltiples en juegos y ficciones virtuales). Podemos concluir, en consecuencia, que las mediaciones de los procesos de construcción de identidades también se diversifican.
En suma, la era digital lleva aparejados nuevos medios y lenguajes que a su vez comportan nuevas formas de representación y elaboración simbólica de las identidades. Desde el ámbito de la educación literaria, nos solicita contribuir al desarrollo de habilidades de recepción crítica y de producción creativa en esa diversidad de medios y lenguajes, desde alfabetizaciones múltiples que permitan al alumnado ampliar la reflexividad en sus procesos de construcción identitaria. En este trabajo exploramos las relaciones entre la era digital, la educación literaria y los procesos de construcción identitaria, deteniéndonos en aspectos tales como los nuevos modos de leer y escribir, las características de un canon adecuado al entorno digital o sus potencialidades didácticas.
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